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Del mundo y su constante estupidez. Dos observadoras siempre atentas de la necia indiferencia de un mundo cada vez más plano.
ecoestadistica.com

Baseball is Dead!


Lo confieso, me gusta el beisbol, me encanta. Vengo de una familia donde el 90% ha practicado beisbol algún momento en su vida. Este es un tema importante en esta tediosa sociedad, pero debo admitir que esta temporada del BPV ha sido de la patada ¿Por qué? Bueno, simple: la gente a través del Facebook, Twitter, Tumblr o cualquier otra red social que este actualmente de moda, expresa de manera continua (y no quiero decir con esto que estoy en contra de la libre expresión) todos, absolutamente todos sus pensamientos relacionados al beisbol. Esto, para mi es absolutamente molesto, y ha llegado hasta hacerme alejar del ambiente beisbolistico queriendo desconectarme por completo de dicho tema. Existen diversos tipos de post a través de los cuales la gente se expresa, el primero y el más molesto, es el score del juego; hay personas que a cada momento actualizan a sus lectores y amigos con la puntuación actual del juego, en realidad, si quisiera saber cómo va el juego, pues lo veo, así de simple. El segundo tipo de post es el de los ganadores, si el equipo que apoyan ganó ese día hay personas que no pueden resistir la tentación de dárselo a saber a todo el mundo (aunque la mayoría ya lo sabe) generalmente este post va acompañado de un insulto correspondiente al equipo contrario (algo completamente inmaduro a mi parecer). El último post es el de los perdedores, este es algo más simple, son únicamente amenazas lanzadas a los fans del equipo contrario con promesas sobre el futuro. Entonces podría decirse que gracias a mis amigos, contactos o followings, perdí el interés hacia el preciado deporte, por lo tanto, actualmente para mi, el baseball is completely dead.

Texo Visceral
Foto por: http://redsoxfanatic.deviantart.com/

Una ciudad sin nombre.


Caminando. Una ciudad convulsa se extiende en todas direcciones. Una multitud de cansados ciudadanos se cruzan y se tropiezan sin mirarse, bajo un cielo radiante de una Caracas que muchas veces me resulta desconocida. Aqui nací, aquí crecí y ahora, desconozco este pequeño fragmento de historia que muchas veces consideré parte de mi identidad. Me siento extranjera. No reconozco las calles rotas y sucias, la suciedad que se eleva como pequeñas esculturas mudas de indiferencia. Me paraliza la furia cuando me invade esta extraña sensación de no pertenecer a ningun lugar, que el tiempo y el lugar de la Caracas en mi mente, no coincide con este lugar enloquecido en el que ahora deambulo a ciegas, cansada, agobiada por la sensación de sentirme rota en medio de la decidia. Caracas, mi pequeño Reino de pequeñas locuras: donde aprendi a crecer, donde saboreé esa textura extraordinaria de la identidad y la pertenencia. Ahora solo coexisto en medio de una idea de lo que fue, de lo que pudo ser y lo que hemos perdido. Fragmentos de una memoria que murió. Mi pequeña Caracas. Mi hermosa Caracas. Un nombre que dejó de pertenecer a este vieja historia que ya nadie cuenta.

De ser mujer, objeto, reflejo. Solo yo.


El aspecto fisico es un tópico tan recurrente actualmente que abordarlo resulta incluso tedioso. ¿Que no se ha ponderado sobre la frivolidad de la sociedad actual, la subjetividad de la belleza, la ternura de la intima percepción de la estética, la crueldad de la cultura estigmatizante? No seré yo, por cierto quién se dedique a ponderar con infulas de poeta en desuso sobre la belleza y sus infinitas variables como concepto humanistico. Solo diré que en mi país, en el momento histórico que me tocó vivir, el aspecto fisico es una idea que aborda todo tipo de vertientes, temas y matices. Venezuela, el país de las reinas de Belleza. De la vacuidad superficial de la cirugias innecesarias, el temor habitual de ser juzgada por su aspecto fisico. Un paraíso frivolo sumido en un caos perceptual.

De manera que me he dado cuenta que a veces se me olvida como ser mujer. Me defino como un Ouroboros Cenital o una hemafroda intelectual, para expresar mi creencia en el caos de la forma o la dualidad de los conceptos que forman mi basamento humanista. Pero en realidad, tales concepciones de mi identidad moral tienen poca relación con la feminidad tradicional. En mi país sobre todo, hay una idea más o menos abstracta que la mujer debe tener medidas perfectas - propiedad exclusiva al parecer de nuestro celebre Miss Venezuela - o parecernos a un modelo común de rostro, al que me niego a pertenecer. Además, se nos intenta convencer que el Universo femenino se divide en dos cualidades: O eres la Evapolita ( terrible combinación entre la Eva alfa y una fiel lectora de la revista cosmpolitan ) o Margaret Tatcher. Y como no soporto que me presionen, decidí no ser ninguna de las dos cosas. Asi que me paseo en el país de las mujeres hermosas, el petróleo y la revolución socialista de exportación, con mi cuerpo mujer real, mi cabello largo y desordenado y mis ojos atentos. Soy quién soy, libre e independiente y para mi, esa es la cualidad más cerval del verdadero paradigma femenino.



Caos Vehicular


Aceptémoslo, somos ciudadanos de urbe dinámica. Incluso aunque sea una mínima parte de nuestro día, nos vemos en la obligación de trasladarnos de un lado a otro. Yo, característicamente soy dependiente de los buses, y al pasar gran parte de mi día en ellos ya hasta he aprendido a aceptarlos. En ellos pienso, duermo y hasta sueño, ellos me llevan a través de la ridícula jungla caótica y estresante que cada día odio más.

Quizás dirán que un vehículo particular es la solución, pero no, para nada. Como podría perderme la encantadora y estimulante aventura de viajar en bus, jamás lo cambiaría por la comodidad de siempre tener un asiento para ti. Nunca podría cambiar la incertidumbre de saber si el dichoso vehículo de pasajeros llegará a buscarte por la confianza de saber que tu carro estará ahí. No, ¿donde pensaría, dormiría y soñaría? En donde sino en las inspiradoras trancas de trafico vividas a diario en esta ridícula jungla de concreto.

Erase una vez...!


Había una vez una sociedad muy mezquina, extravagante, superficial, inentendible, indiferente, cruda y dura que necesitaba una critica constructiva. O destructiva. O ambas cosas. El caso es que necesitaba una voz - quizás dos - que pudiera reirse a hurtadillas de lo malo, criticar lo inevitable, patear lo ridiculo, encontrar lo bueno y simplemente olvidar lo esencialmente desagradable de una urbe caótica y sin lustre. Riendo. Con pasión. Siendo un observador minucioso de una historia que transcurre con sutileza, a punto de ser olvidada. Entre una adolescencia infinita, un presente anecdótico y un futuro incierto, crepuscular, sin más aliciente que un aprendizaje anodino de una individual silente.

Sin tanta palabrería: Las damas autoras de este blog - Miss B, quién les habla y su complice criminal, Noe - nos dedicaremos a decapitar a toda idea que se considere corriente, estatuaria, buena, habitual, socialmente aceptable, politicamente correcta. Porque NO nos conformamos con lo tipico, no nos interesa lo cotidiano. No nos importa lo educado, lo decente. Lo amable. Lo simplemente venial.

Somos la nueva generación de creadoras femeninas, descaradas, furiosas, vulgares, profundas, complejas, sutiles, ordenadas, caóticas. Todas las posibilidades que crean la paradoja, y a la vez, la que solo carecen de razón de ser.

De manera que, empecemos esta celebración a lo absurdo que llamamos: Cronicas de la ridiculez Urbana. Choque de copas, carcajada secreta. Una idea nueva sobre el mundo que intentaremos crear a diario.

Salut!